Tufillo a Iribarren

Leer un libro de poesía es como atragantarse con una serie de golpe,

como beber compulsivamente o fumar sin tregua.

Cuando el final del anterior sucede después del comienzo del posterior,

y todo termina por fracturarse por fatiga, tal y como nos enseñaron.

Porque para que la cordura perdure, cada día debe empezar y terminar una sola vez.

Da igual que fuera llueva y haga frío.

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s