Ayer tocó en Oviedo el Sr. Chinarro. El concierto estuvo bien a pesar de que se olvidara de mi canción favorita y lloviera, apenas un poco. Sentado en una silla pude comprobar que la Universidad de Oviedo se fundó hace más de cuatrocientos años, tal y como se indica en una estatua verdosa en medio del patio del edificio histórico de la misma, rodeado de una arcada sostenida por columnas de piedra. La placa reza: Fernando Valdés y Salas – Fundador – 1608.
Lamento no andar fino de oído, porque muchas de las frases que el hispalense soltaba entre canción y canción, con esa voz tan grave, se quedaban a medias para mí, con lo cual no pude compartir las risas del resto. Alguna de las perlas creo que hacía referencia precisamente al lugar solemne donde nos encontrábamos. Quizá se acordara de que aunque asturiano, fue en calidad de arzobispo de Sevilla el que fue promotor de institución educativa ahora tan añeja tras suplicar su ayuda a Felipe III.
Después, cuando terminó todo, lo vimos pelándose de frío mientras buscaba una sidrería en camisa de manga corta decorada con estampados. No en vano, la noche anterior había actuado en Valencia, donde el verano sí es fiel a sí mismo. Comprendo que no es fácil adaptarse a este estío interruptus asturiano y menos al ponerse el sol. Una chica con la que estábamos le comentó que parecía más alto en persona, justo después de pedirle si podía sacarle una foto. Él abrazaba la funda negra de su guitarra como quien busca un poco de calor y con mucha guasa aseveró que en su próximo disco pondrá su estatura en la carátula junto a una foto sosteniendo un martillo de geólogo para que nadie se lleve a engaño. Noe se limitó a recordar que hace dos veranos habíamos comprado entradas para verlo en las noches del botánico de Gijón, pero nos lo perdimos porque ingresé repentinamente en el hospital debido a una infección. El Sr. Chinarro fue clemente y me consoló al asegurar que el concierto de ayer le había salido mejor que el de Gijón.
Hoy he vuelto a escuchar El Idilio y me ha gustado incluso más que entonces, cuando me interesé por la obra del artista andaluz hace ya más de dos décadas. Su historia, tan dylaniana como castiza, aguanta muy bien el paso del tiempo. No se le puede pedir más a una canción, a una universidad o ya puestos puestos, a cualquier cosa.
Qué alegría volverte a leer, compañero. No conozco la obra del Sr Chinarro, aunque me he puesto ‘El Idilio’ y me ha sonado algo con el que mi colectivo musical no comulga. Hay un poco de militancia en el campo de la música, el heavy contra el indie, el rap contra el mestizaje, el rock contra la electrónica y el reggae contra la música clásica. Aún recuerdo la terrible guerra civil que se llevó a cabo entre los puristas del rock y los fundadores del indie. Fue brutal.
Supongo que la virtud reside en romper el carné cada cinco años, ser una especie de Toni Cantó que en su juventud lucía cresta y que ahora aspira a que en su funeral pinchen el Réquiem de Mozart.
Espero poder visitar Asturias más pronto que tarde. Un gusto leerte, compañero. Adelante!
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Yo para la música soy incluso más promiscuo que Toni Cantó. Solo pido que no desafinen y que note que les salga de dentro. Creo que Patti Smith dijo que Mozart fue el primer punk. jejeje
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